¿Alguna vez has intentado contarle algo a alguien y has sentido que, aunque te escuchaban, no percibían o no comprendían del todo tu mensaje?. Y lo que es peor, ¿alguna vez has sentido que lo que les contabas con tanta ilusión y empeño, les dejaba absolutamente indiferentes? Cuando esto nos sucede de cara a un cliente, o a un posible inversor, o frente a alguien del que esperamos algo a partir de esa conversación, esta sensación de «fracaso comunicativo» nos puede hacer sentir muy impotentes. ¿Por qué no estás generando la reacción que esperabas de tu interlocutor? Quizás el problema es que no estás hablando su mismo lenguaje. Quizás le estés dando demasiados datos que la otra persona no necesita y no quiere recibir. Sin embargo, si les contaras una historia toda esta información sería mucho más digerible. ¿Te gustaría saber por qué? En este post te contaré por qué contar tu historia a través de un vídeo puede ser una herramienta muy eficaz para generar una respuesta positiva de tu público.
- Cuando le cuentas una historia a tu audiencia estás poniendo en funcionamiento las mismas áreas del cerebro que se activarían si experimentásemos lo narrado. Cuando escuchamos un relato, buscamos una experiencia similar que nos haya sucedido. Relacionamos las emociones y sensaciones del narrador con las que vivimos nosotros en su día. Y activamos los mismos conjuntos neuronales que se activarían en nuestra vida real. Por eso, cuando contamos una historia, nuestro cerebro y el de nuestro interlocutor se sincronizan y viven lo que contamos al unísono. Qué bonito, ¿no?
- Porque puedes captar su atención de una forma muy eficaz. Puedes seducirlos. Te diferencias con la forma de presentarte al mundo. Y no lo haces a través de efectos especiales o publicidad engañosa. Desde mi punto de vista, el público está algo cansado de artificios. Y con una historia, con tu historia, es como si te pusieras delante de una persona y le contaras, de manera sincera y cercana, a qué te dedicas y por qué lo haces. Contar tu historia personal o la historia de tu empresa te posiciona de cierta manera especial en el corazón de tu cliente.
- Haces inteligible la información de tu empresa. Estamos saturados de tanta información. Recibimos millones de datos a diario y no podemos procesarlos todos. Los datos no nos importan hasta que significan algo para nosotros mismos, hasta que los relacionamos con nuestro día a día, con nuestra vida, con algún problema que podamos tener nosotros o alquien a quien conocemos. Por eso, la información es neutral hasta que los seres humanos le añadimos nuestra propia carga de significado. Y el significado que añadimos a estos hechos tiene que ver con nuestra propia historia. Por eso, los datos no resultan útiles cuando esperamos una respuesta de nuestro interlocutor. Porque las decisiones que tomamos se basan en lo que esta información significa para nosotros, no en los datos en sí mismos. No necesitamos más información sino nuevas historias.
- Provocas emociones. Los seres humanos no somos racionales, por mucho que lo pretendamos ser a veces. Elegimos guiados por nuestros sentimientos. Las emociones guían y dirigen nuestros pensamientos y nuestras interpretaciones de los hechos racionales. De hecho, se ha comprobado científicamente, que nuestro subconsciente controla en un 95% nuestro comportamiento.
- Generas empatía y que el espectador se identifique contigo, lo cual le acerca a ti. Si tu audiencia conoce tus propósitos, tus dificultades, tu proceso y tu búsqueda vital, el espectador es más fácil que se identifique contigo. Dicen que cuando nos encontramos por primera vez a alguien, de una manera muy instintiva decidimos si nos gusta o no. Aunque luego coloquemos muchas capas sociales por encima y esta sensación quede más diluida. Anthony Robins, en Poder sin límites, afirma que tomamos esta “decisión” en base a las semejanzas que encontramos con nosotros mismos. Y, desde mi punto de vista, la mayor semejanza que puedes encontrar con cualquier persona es aquella que muestra su lado humano. Cuando le muestras a los demás tu lado humano, aquel que no es perfecto, que tiene sus debilidades pero también sus fortalezas. Cuando le cuentas a alguien que tú tampoco eres infalible, que a veces te equivocas y te caes, y sufres, y te vuelves a levantar, o no. Cuando les muestras que no eres ni «malo» ni «bueno», sino ambas cosas, según el momento, entonces, de forma subconsciente, te ven como a ellos mismos.
- Cuando cuentas una historia le estás dando a la otra persona la opción de que sea ella misma quien interprete tu historia. Lo cual hace que lo que le estás diciendo no sea una imposición. Annette Simmons, storyteller y autora del libro The Story Factor afirma que «cuando decides despertar la sabiduría del otro, en lugar de intentar convencerles de que tienes razón, producirás una experiencia mucho más poderosa para ambos.” Una historia no le dice a la gente lo que tiene que hacer pero puede influirla poderosamente en lo que piensa cuando toma sus propias decisiones. Una historia invita al espectador a participar en el proceso de pensamiento. «La gente no necesita más datos, lo que necesita es que les ayudes a encontrar su propia sabiduría», afirma Annette.
- Con un vídeo puedes llegar a los distintos tipos de personas. Según la PNL, las personas tienden a usar una parte determinada de su sistema neurológico más que otras. Existen personas visuales, auditivas y cenestésicas. Los que son primordialmente visuales tienden a considerar el mundo en imágenes. Para los que son más bien auditivos las palabras son muy importantes. Y los principalmente cenestésicos reaccionan especialmente a las sensaciones táctiles y epidérmicas. Según Anthony Robbins en su libro Poder sin límites, cuando te diriges a alguien es importante conocer cuál es su sistema de representación principal, para poder dirigir el mensaje de una manera que les llegue. Hay que manifestarse de manera que el mensaje se ajuste al estilo de funcionamiento de la mente del otro. La ventaja de una historia audiovisual es que utilizas lenguaje visual y sonora, y si tu narración, imágenes y sonidos son buenos también puedes generar sensaciones muy potentes. Por lo que accederás a mayor número de personas que si, por ejemplo, contaras tu historia sólo a través de un texto.
- ¿Te has quedado alguna vez embobado mirando a otro haciendo algo? Nos encanta ver a otros haciendo lo que les apasiona. Se establece una conexión con ellos muy grande porque en realidad todos queremos saber qué es aquello que realmente nos gusta para poder hacerlo, y mejor si vivimos de ello, ¿no? Por eso creo que nos fascinan todos esos programas en los que vemos a los demás triunfando, tipo La voz o Master Chef. Nos gusta ver a otros triunfar, supongo que buscando el eco de lo que queremos que suceda en nuestras vidas.
- El vídeo es una buena herramienta de marketing online. Actualmente se ha observado que la mayoría de la gente que utiliza Internet prefiere ver un vídeo a leer un artículo. La forma de difundirlo puede ser sencilla. Puedes compartirlo a través de las distintas redes sociales, y puedes generar viralidad de una forma relativamente fácil. Además, a nivel de búsquedas en google, tener un vídeo en youtube te posiciona mejor que si no lo tienes.
- Porque cuando cuentas tu historia, de alguna manera clarificas quién eres y qué ofreces al mundo. Es una manera de ordenar, simplificar y expresar toda la maraña de pensamientos que muchas veces tenemos en mente. A lo largo de toda mi experiencia grabando a personas que me cuentan su historia, he observado el peso que se quitaban de encima al terminar la sesión. Muchos de ellos verbalizándolo con un “¡Qué a gusto me he quedado!” Realmente creo que verbalizar lo que eres y lo que haces tiene un efecto bastante liberador e incluso terapéutico en las personas. Pero de esto os hablaré otro día 😉