No hay nada irrevocable en la vida. Ni siquiera tu propia identidad. A veces nos obstinamos con las cosas, nos damos cabezazos contra el mismo muro y nos cuesta ver que quizás el problema está en que, simplemente, tu camino ya no debe ir por el mismo sitio. He estado...
Escribo cuando siento la necesidad de hacerlo, cuando algo lleva tiempo martilleando en mi cabeza.
Apúntate a mi boletín si te gusta lo que lees y los contenidos que creo.